A veces entre vecinos, cuando aparece la desigualdad, hay momentos en los que nos embarga la indiferencia.
En otros casos nos enojamos, gritamos, pataleamos... pero finalmente el blanco de nuestra ira somos nosotros mismos.
A veces observamos, pensamos y callamos.
Cuando nadie lo espera… irremediablemente surge la picaresca.
3 comentarios:
Los días se parecen a los pájaros
—vienen y luego van— y siempre dejan
una herida de luz. Huele a musgo
su vuelo, a países de escarcha,
a savia de madroños escondidos...
No es mio el poema, pero quedaba bien para la foto,je,je,je, saludos.
p.d:Reincides querido Daniel
Mi enhorabuena por tu conseguida fusión entre foto y texto. Se siente uno como un pájaro rodeado de vecinos (o como un vecino rodeado de pájaros...)
Saludos.
Gracias Felipe ;) Esperamos también tus aportaciones foto-literarias. Un saludo.
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