Cuando hace cinco años
se hundió aquel barco tan seguro
con cincuenta pasajeros y un piano steinway
los cincuenta se ahogaron sin remedio
pero el piano en cambio logró sobrevivir
a los tiburones no les gustan las teclas
así que el steinway esperó tranquilo
ahora cuando pasan
siempre que sea de noche
barcos de turismo o de cabotaje
suele haber pasajeros de fino oído
que si el eterno mar está sereno
o mejor serenísimo perciben atenuados
y sin embargo nítidos acordes
de brahms o de mussorgsky
de albeniz o chopiny
luego un golpecito al cerrarse la tapa
1 comentario:
Guay, aunque espero que el coqueteo con el escaner no sea señal de divorcio entre tú y tu cámara.
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